top of page

—Teresa, trata de comprenderlo, Pedro es mi amigo, y esta tratando de defender a su novia, que es tu amiga, si en lugar de haberse metido con ella, hubiese sido contigo, ¿crees que Pedro no me ayudaría? —le comentó Dylan a Teresa y salió corriendo hacia la puerta, mientras Teresa agachaba la cabeza aceptando la situación sin remedio.

 

—Venga empújame a mi ahora gallito, que eres muy valiente tu con una chica ¿no? —gritaba Pedro empujando al chico.

 

—Ella empezó a gritarnos primero, ¿que querías que hiciésemos? —trató de excusarse el chico.

 

—Pues tener un poco de respeto pedazo de mierda, que clase de marica eres…¿eh? Gritando y empujando a una chica—volvió a recriminarle Pedro, encarándose con él a escasos centímetros de su cara.

 

En ese momento, el otro chico que también había salido, se abalanzó sobre Pedro golpeándole en la cara y Pedro se revolvió para darle también, entonces el primer chico quiso también golpear a Pedro, pero intervino Dylan que lo apartó de un empujón y se lanzó contra él a golpes, el resto de amigos de Pedro y Dylan intervinieron también en la pelea y todos golpearon a los dos chicos, hasta que llegaron otros chicos para tratar de poner calma y separarlos a todos, pero Pedro parecía encelado con el primer chico que le había golpeado, y no dejaba de darle puñetazos, hasta que Sergio lo sujetó fuertemente por detrás, para que el otro chico pudiese levantarse y huir ligeramente.

 

—¡Suéltame! ¡suéltame que lo mato! —gritaba Pedro tratando de zafarse de Sergio.

 

—Ya vale Pedro, tranquilo tío, ya esta—trataba de calmarlo Sergio, sujetándolo fuertemente.

 

—¡Largaos!, ¡largaos ya o no respondo!—se acercó Dylan a los chicos que estaban sangrando en varias zonas de su rostro, para advertirles.

 

Los chicos se fueron, pero no sin antes señalar a Pedro de malas maneras como advirtiéndole de que esto no quedaría así, por suerte ni Pedro ni Dylan observaron ese gesto. Pedro había conseguido calmarse gracias a la intervención de Marta, que se había abrazado a Pedro, pero Dylan que trataba de divisar a Teresa, solo logró ver un pequeño rostro de decepción cuando pudo localizarla, la miró, pero ella agachó la cabeza.

 

—Lo siento, tuve que hacerlo… y te aseguro que detesto las peleas, y siempre que puedo trato de evitarlas, solo espero que lo entiendas—trató de explicarle Dylan a Teresa acercándose a ella, y observando que ella permanecía indiferente ante sus palabras, agachó la cabeza y volvió a entrar en el local.

 

Dylan se acercó a la barra y pidió una cerveza de nuevo, aunque no dejaba de quitarse de la cabeza el rostro de decepción de Teresa de momentos antes, pensó que no era la mejor forma de empezar una relación, y solo esperaba que llegase a entender que tenia que ayudar a su amigo, y que aquellos chicos habían provocado aquella situación, incluso algunos de sus amigos se acercaron a felicitarle por la pelea, pero Dylan solo negaba con su cabeza, pues no entendía como podían felicitarle por algo así, hasta que se acercó hasta el, Pedro.

 

—Que tal Dylan ¿Estas bien?

 

—Si, todo bien, ¿y tu?, ¿Y Marta?

 

—Bien, no te preocupes, ella esta un poco nerviosa por todo lo que ha pasado, pero ya se va calmando, la he dejado un rato con las chicas…¿y Teresa?

 

—Pues.. no le ha gustado nada lo que he hecho, pero no podía quedarme de brazos cruzados, no se si será mi primer día y el ultimo con ella—trató de explicar Dylan con voz de preocupación.

—No te comas el coco, seguro que lo entenderá, si hubiese sido al revés, sabes que yo hubiese hecho lo mismo, y Marta seguro que se mosquearía un poco al principio, pero al final me lo agradecería y todo, al fin y al cabo somos todos amigos.

 

—Dylan… Teresa esta fuera, dice que si puedes salir un momento—comentó Sergio acercándose hasta los chicos.

 

—Uff que mal suena eso, en fin… ahora nos vemos chicos—dijo Dylan, y se encaminó hacia la puerta.

 

—Tranquilo hombre, aquí te esperamos—comentó Pedro, dándole un trago a su cerveza.

 

Al salir a la calle, Dylan pudo observar a Teresa sentada en el poyete de piedra donde hacia apenas una hora le había pedido salir a Teresa, así que se dirigió hasta allí.

 

—Bueno… tu dirás—le dijo Dylan, sentándose a su lado y con voz algo triste y confundida.

 

—Dylan… creo que nos hemos precipitado, y no me gustan nada las peleas, y se que son mis amigos, pero también que se meten en mas líos de los que deberían, y ya he visto que ni lo has dudado en involucrarte en el lio, y eso no es lo que quiero para mi, y de veras que me gustas, pero así no—trató de explicar Teresa con voz tranquila, mientras Dylan negaba con su cabeza.

 

—Sabes…eres increíble, y tremendamente injusta, quieres que lo dejemos por haberme metido a defender a una amiga tuya, no tiene ningún sentido—comentó Dylan con voz calmada.

 

—Ellos eran dos, y con Pedro ya habían salido unos cuantos, ¿Por qué tuviste que salir? —preguntó ella levantando un poco mas la voz.

 

—Pues porque es mi amigo, y vi el motivo por el que salía con mis propios ojos, ¿qué quieres?, ¿me tenia que haber cruzado de brazos viendo como dos chicos, acosan y agreden a una amiga mía?...¿Y si hubieses sido tu? —le dijo levantando también la voz.

 

 —Lo siento, pero eso no es lo que quiero para mi—dijo ella con voz calmada agachando la cabeza.

 

—Esta bien, gracias por tu confianza y por tu apoyo, me rechazas por meterme en una pelea que nosotros no hemos provocado, podía esperar que me dejaras por algún motivo mas evidente, pero no por eso, si lo que pretendes es que este contigo, pero no intervenga en defender a mis amigos y mas aun en defender a una chica que esta siendo acosada y agredida por dos chicos, sin duda… es que no debemos estar juntos, porque no soy un puto gallina en no defender lo evidente, me parte el corazón no poder continuar con esto, pero me duele mas, los motivos por lo que lo haces—explicó Dylan algo alterado, se levantó y se marchó de nuevo hacia el local.

 

—Hola Dylan, ¿Qué me han contado? ¿Qué ahora somos cuñados? —preguntó Sonia, hermana pequeña de Teresa al ver a Dylan que se dirigía de nuevo a la barra.

 

—Hola guapísima, ¿Qué tal estas? —saludó Dylan sorprendido al encontrarse con Sonia y le dio dos besos.

 

—Bueno… pero dime,¿ es cierto o no? —insistió la chica.

 

—Era cierto… pero con tu hermana he tenido lo que creo que ha sido, la relación mas corta de mi vida—respondió él con una medio sonrisa confusa.

 

—¿Y como es eso? ¿qué ha pasado? —volvió a preguntar confundida.

 

—¿Ya te han contado lo de la pelea?

 

—La de esos chicos que se metieron con Marta, si ya me lo han dicho.

 

—Pues nada, por meterme a defenderla y ayudar a Pedro a sido ¿qué te parece?

 

—No me lo creo, ¿te estas quedando conmigo?

 

—Que no tía, pregúntale a ella…

 

—Oye Dylan nos vamos a ir ya para Ceclavin, ¿te vienes? —preguntó Sergio a Dylan, mientras el resto de chicos ya iban saliendo del local.

 

—Que va, paso…tengo que dormir un poco, que el viaje a sido largo, y creo que ya he tenido demasiadas emociones fuertes por hoy—respondió Dylan.

 

—Pues tu chica se viene, ya se ha subido con Marta al coche de Pedro—insistió Sergio.

 

—Pues divertiros, ya mañana si eso nos vemos, y si volvéis a ir, me apunto—aclaró Dylan no sin antes sonreír irónicamente al escuchar lo de “tu chica”.

 

Sergio se despidió y Dylan se quedó terminando su cerveza.

—Pues si no vas, ¿me acompañas luego a casa? —preguntó Sonia.

 

—Claro pequeñaja—respondió Dylan, sonriendo y dándole un pequeño pellizco cariñoso a Sonia en el moflete.

 

—No me llames “pequeñaja”, que ya tengo 15 años, y ya no soy una niña pequeña—dijo ella algo molesta.

 

—Bueno…no te enfades mujer, si ya lo veo, que eres toda una señorita, y encima guapísima, solo era una forma de hablar—trató de excusarse Dylan.

 

—Bueno, ¿me invitas a una cerveza? —preguntó ella segura de si misma.

 

—Claro, pero solo una ¿eh? —le advirtió él.

 

—A ver si te piensas que me voy a emborrachar con una cerveza.

 

—Lo que me pienso es que estoy muy cansado, he tenido un largo viaje, y no quiero que me ocurran mas cosas hoy, así que nos tomamos una y nos vamos ¿te parece? —explicó Dylan y pidió dos cervezas al camarero.

 

—Usted perdone, a ver si al final voy a tener yo la culpa de lo que te ha pasado con mi hermana—dijo la chica, bebiendo seguidamente de su cerveza.

 

—No me lo recuerdes quieres.

 

—Es que… aun no puedo creérmelo que haya hecho eso mi hermana, pero bueno, me puedo esperar cualquier cosa de ella.

 

—Sonia, vale ya, te he dicho que no quiero hablar de eso.

 

—Pues si te digo la verdad, cada vez que yo le decía, que me gustabas y eso, me ponía una cara así como de celos que no veas, además de que siempre decía, que era muy pequeña para ti y cosas así.

 

—Lo de la edad es un poco una tontería, porque sin ir mas lejos, hace unos meses estuve con una chica que tenia 14, aunque lo cierto es que no los aparentaba.

 

—¿Y que pasó con ella?

 

—Pues… un poco lo lógico, a ella no le dejaban salir por las noches, y una noche entre unas cosas y otras pues me enrollé con otra y se lo contaron y nada, ahí se quedó la cosa.

—Es que ya te vale también a ti ¿no?

 

—Que quieres que te diga, a los tíos nos pasa un poco eso, cuando no tienes nada serio, pues aprovechas las oportunidades que te salen.

 

—¿Y que es para ti algo serio?

 

—Pues no se, que te guste de verdad alguien, y que solo tengas ojos para ella ¿no te parece?

 

—No se, a mi aun eso no me ha pasado.

 

—Bueno…¿nos vamos? —dijo Dylan con rostro visiblemente cansado y dejando su botella vacía en la barra.

 

—Claro, vamos.

 

Los dos chicos salieron del bar y Dylan acompañó a Sonia hasta su casa, por el camino iban charlando, aunque en voz baja, porque aquel pueblo lo cierto es que era muy silencioso por la noche y casi todo eran casitas bajas, que debido al verano, muchas  tenían alguna ventana abierta, y ellos sabían que cualquier cosa que dijeran, podía ser escuchada por cualquiera de los vecinos del lugar. Una vez que llegaron al portal de la casa de Sonia se detuvieron un instante.

—Bueno, pues ya hemos llegado—dijo ella en voz baja, apoyándose sobre la pared, para que el pudiese observarla bien.

 

—Joder estas increíble lo sabias, creo que vas a romper muchos corazones, te estas convirtiendo en una mujercita fascinante—dijo Dylan mirando a Sonia de arriba abajo.

 

—Eso lo dices por quedar bien, y por el aprecio que me tienes de todos los años que me conoces ¿verdad? —preguntó ella rodeando a Dylan con sus brazos a la altura del cuello.

 

—Que no tía, que es en serio, es que de el año pasado a este, tu cambio a sido espectacular ahora que me he fijado bien, mas alta, tienes mas… bueno tienes un poco mas de todo—le comento sonriendo, sin dejar de observarla.

 

—¿Te puedo pedir una cosa? —preguntó ella con picardía.

 

—Claro

 

—¿Me darías un beso?

 

—Claro ¿porque no? —dijo él y le dio un beso en la mejilla.

 

—¡No!... me refiero a un beso de los de verdad—le aclaró la chica.

 

—Sonia… no me hagas esto.

 

—¿De que tienes miedo? No estoy tan espectacular como dices, ¿qué daño puede hacerte un beso? —le susurró con voz melosa.

 

—Te tengo mucho aprecio, desde hace mucho tiempo, y no quiero que eso cambie, cuando te enrollas con alguien, por norma general, cuando ese rollo se termina, la amistad la mayoría de veces también lo hace, y además eres la hermana de la chica de la creo estar enamorado—trato de explicar Dylan con voz suave.

 

—No te estoy pidiendo que nos enrollemos, solo quiero un beso, ¿tan complicado es? —susurró ella, acercándose cada vez mas al rostro del chico.

SI QUIERES QUE DYLAN LA BESE

Pulsa aquí

ESCRIBIENDO

ESCRIBIENDO

SI CREES QUE NO DEBERIA BESARLA

Pulsa aquí

bottom of page